20. EL REGRESO DE UN LUCHADOR: TREVENQUE

Después del tratamiento antibiótico que ya comentamos en la entrada “Un hospital a cielo abierto” y de los 16 días pasados en el CREA, Trevenque ha regresado. Durante este tiempo ha estado aquejado de una enfermedad cuya causa seguimos sin conocer, pero que podría haberle costado la vida o dejado secuelas permanentes. A pesar de todo, el halcón la sobrellevó con una dignidad envidiable y luchó hasta salir victorioso del trance. Esta es su historia:

El día 16 de julio, viendo que Trevenque seguía teniendo problemas para defecar/orinar, y que la bola de uratos adherida a su cloaca no paraba de crecer, decidimos capturarlo y llevarlo al CREA “El Blanqueo” de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Para ello utilizamos la misma técnica que usamos unos días antes con Boabdil: tentar el instinto de caza del halcón mediante un pichón vivo dentro de la caja-nido, de manera que al entrar pudiéramos cerrar la puerta abatible. Realizada con éxito la operación, suavemente lo cogimos con un cazamariposas y lo trasladamos al CREA. Allí al halcón se le podía hacer una analítica y ser tratado a diario por su magnífico equipo de profesionales. Todos ellos, con su veterinaria Nuria Viqueira a la cabeza, así como responsables de la Delegación de la Consejería en Granada, han puesto su mejor hacer al servicio de la causa. Desde aquí queremos reconocerlo, hacerlo público y agradecerlo, porque en el camino del trabajo en equipo se encuentra el secreto del éxito.

Trevenque al llegar al CREA. La cloaca se presentaba inflamada y ensangrentada
tras desprenderse de parte de la mucosa ('click' para ampliar).

Al llegar al CREA vimos que al halcón se le había caído la bola de uratos que tenía adherida a la cloaca y que era impresionante. Para soltarla el pobre tuvo que desprenderse de parte de la mucosa que recubre interiormente la cloaca, y el aspecto de esta era inflamado y sin tono en el esfínter. Se le extrajo una muestra de sangre, se pesó (485 gramos) y se le limpió y desinfectó la herida, para dejarlo rápidamente tranquilo en una muda y evitarle todo el estrés posible.

El pronóstico era malo porque la posibilidad de infección de la herida, al estar en la trayectoria directa de las heces, era muy elevada y la falta de tono en el esfínter podía desembocar en una incontinencia permanente y también en la incapacidad del halcón, una vez alcanzada la madurez sexual, para fecundar a una hembra en la cópula. El análisis de sangre no reveló nada suficientemente significativo que nos permitiera establecer una hipótesis digna de tal nombre sobre la causa de la enfermedad. El tratamiento consistió en marbofloxacina oral durante 10 días (a dosis de 10 mg/kg/día, y que ya mantuvimos anteriormente en el hacking durante otros 9 días), así como limpieza con solución salina, curas y desinfección de la zona afectada cada 4 días.

Tras el tratamiento, el aspecto de la cloaca vuelve a ser normal ('click' para ampliar).

El resultado ha sido sencillamente espectacular, y el día 1 de agosto pudimos recoger al halcón y trasladarlo de nuevo a la terraza del Hospital de San Juan de Dios. Allí permaneció durante un día dentro de la caja-nido (por supuesto limpiada, desinfectada y climatizada para la ocasión). Aunque Trevenque comió y bebió con normalidad estaba muy nervioso, quizás por el calor, quizás porque sencillamente quería salir al exterior. Esa misma tarde, Aixa lo visitó y se reconocieron mutuamente, no hubo el más mínimo signo de agresividad o temor entre ellos.

Trevenque come con normalidad tras ser nuevamente liberado
en la terraza donde creció ('click' para ampliar).

El viernes 2 de agosto, a las 7 de la mañana, llegó el momento de la liberación. Había que soltarlo no solo porque el halcón parecía indicar que reconocía el entorno tras su ausencia, sino porque sus debatidas podían hacer que se doblara o rompiera plumas que harían inviable su reincorporación a la vida en libertad. Una vez situados los voluntarios en posiciones estratégicas para el adecuado seguimiento del halcón, y puesta la comida ante la puerta, abrimos la caja-nido muy despacio. Inmediatamente el halcón salió al exterior, comió, bebió agua y reconoció a Sulayr, que vino a curiosear qué estaba pasando allí, deseoso de sumarse a la fiesta. Fue enternecedor comprobar cómo Trevenque se acordaba absolutamente de todo, cómo hizo gestos de sumisión y complicidad ante la llegada de Sulayr, que se portó como un amigo con su compañero. Y fue emocionante cuando voló a la cúpula de la iglesia de San Justo y Pastor como una flecha, y regresó a la cúpula de San Juan de Dios para aterrizar junto a Sulayr que, genio y figura, le pedía jugar con él.

El halcón no ha olvidado su casa ni sus posaderos favoritos, como este
en la cúpula de la Basílica de San Juan de Dios 
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Trevenque vuela libre de nuevo sobre Granada, tal y como
queremos que sea 
('click' para ampliar).

Este, por ahora, es el final feliz de una bella historia que aún puede mejorar si se confirman los pronósticos: Boabdil volverá pronto. No se lo pierdan, aquí, en un sueño hecho realidad: la recuperación del mítico halcón peregrino para la bellísima ciudad de La Alhambra.