21. EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO: BOABDIL

Como anticipamos hace unos días, el pronóstico se ha confirmado y Boabdil está de vuelta en el hacking y ya ha recobrado la libertad. Desde el 11 de julio, ha pasado 29 días ingresado en el CREA “El Blanqueo”, casi tantos como llevaba volando. Durante este tiempo ha sido tratado contra la aspergilosis que padecía con Terbinafina, un fármaco antimicótico, y se le han realizado chequeos periódicos. Desde el principio respondió muy bien al tratamiento y la mejoría fue rápida.

Como dato curioso decir que empezó a comer con apetito nada más llegar al CREA, incluso antes de la instauración del tratamiento. Cuando los halcones se encuentran enfermos pasan más tiempo en las inmediaciones del hacking, apenas se alejan, ya que al sentirse mal prefieren estar cerca de casa. Es algo natural y lógico que a nosotros también nos ocurre. La observación parece corroborar incluso que quizás prefieran encontrarse en un sitio cerrado, como la caja-nido o una muda, donde se sienten protegidos de sus enemigos. Quizás por este motivo Boabdil empezó a comer nada más ser ingresado en el CREA cuando llevaba cuatro días sin apenas hacerlo, o quizás simplemente el apetito pudo más que la timidez.

Boabdil limpia sus uñas, en su sesión de higiene matutina, posado en la baranda
de la cúpula de San Juan de Dios ('click' para ampliar) 

Viene a cuento decir ahora que las instalaciones del hacking no están, y difícilmente pueden estar, diseñadas para realizar un tratamiento adecuado a un ave enferma. Su propia filosofía lo impide. Nosotros liberamos halcones y procuramos por todos los medios que no tengan contacto con los seres humanos, especialmente a la hora de comer, para que su comportamiento sea absolutamente natural. Esto impide cualquier tipo de manipulación cotidiana para tomar su temperatura, hacer una revisión rutinaria, una extracción de sangre o administrar una inyección. El simple hecho de medicar a un halcón concreto mediante la comida requiere una dedicación y paciencia enormes, como hubo que hacer con Trevenque. También Aixa ha recibido durante 20 días un tratamiento con Itraconazol (10 mg/kg/día en administración oral, mediante inyección del jarabe en la carne que se le suministraba como alimento), para intervenir contra ciertos síntomas inespecíficos e inapetencia que podían estar motivados también por aspergilosis. La pauta descrita se ha realizado con éxito y ahora Aixa muestra un excelente aspecto y un buen apetito.

Lo que sí resulta interesante es contar con un dispositivo de captura (en nuestro caso el cierre mediante puerta abatible de la propia caja-nido) y poder así atrapar al halcón enfermo e ingresarlo en un lugar donde exista la infraestructura y los medios adecuados. En el CREA “El Blanqueo” de la Junta de Andalucía hemos encontrado la ayuda que los halcones necesitaban y lo han demostrado con Trevenque y ahora con Boabdil. Así que de nuevo, nuestro agradecimiento más efusivo y sincero.


El caso es que Boabdil ha regresado fuerte y con ganas de vivir. Es curioso cómo le puede cambiar la cara a un halcón cuando pasas un mes sin verlo y antes lo has mirado y remirado a diario, y conoces al detalle cada rasgo de su expresión, de su plumaje y hasta de su personalidad. Esperemos que este fantástico halcón haya vuelto para quedarse y seguir formando parte del magnífico cuarteto de patrulleros alados, de proyectiles vivientes, que hemos regalado a Granada. Respecto a los detalles de su puesta en libertad y al curioso recibimiento que le han brindado sus compañeros, decir que… lo contaremos en breve.